Las montañas de Diosmany

Diosmany González Santana es su nombre y nació en Camagüey. ¿Por qué lo traemos a esta página?
Este joven no se conformó con su poca visón o la enfermedad conocida como ceguera noctura.

“La padezco desde que nací pero nunca me conformé con esa limitación. Sentía que podía crecer más y la vida me ha recompensado porque a los 35 años tengo la satisfacción de haber ganado una buena cantidad de medallas de plata y de bronce y haberlas ganado  en eventos deportivos realizados en los Estados Unidos, Canadá, México, Inglaterra, Australia, Holanda y Gracia, pero además clasifiqué para los juegos de Beijing.

Si no vivieran en Cuba

Una de las mayores preocupaciones actuales es el desempleo. Millones de personas en el mundo sufren este realidad. Surge entonces una interrogante. Si esas personas con todas sus capacidades físicas y mentales están agobiadas por esta problemática ¿qué será de los que carecen de alguna de ellas?

Los discapacitados cubanos no sufren esta verdad porque tienen garantizados un puesto de trabajo bien en el empleo ordinario, o por cuenta propia, o en su propia casa o en los talleres especiales.

El único precio y el único empleo

Nadie puede sentir el dolor ajeno como el propio. Creo que sólo las madres poseen esta singularidad si es que se le puede llamar así.

Para una persona discapacitada no ver, o no oir, o perder parte, o uno, o varios de sus cuatro miembros es casi tan doloroso como morir. No exagero.

Por suerte vivimos en una país, que a pesar de todas sus desgracias (bloqueo, afectaciones de la crisis económica mundial y no sé cuantas otras) las personas discapacitadas gozan de una atención que sólo el socialismos es capaz de materializar con garantía de empleo, atención médica entre otras.

¿Qué tiene que ver todo esto con la paz y la guerra?